lunes, octubre 12, 2009

Cata de vinos con todos tus sentidos

¡Hola!

Estos últimos días estuve en Tijuana, BC asistiendo al IV Congreso Nacional de Educación Turística. ¡Es otro mundo! Realmente poco sabemos de lo que pasa tras la industria turística, la organización, la vinculación, la elaboración de perfiles académicos, en fin, una y mil cosas que me encantó aprender aquí.


Hubo dos días de trabajos en mesas y conferencias y como premio a nuestra ardua labor y, para mostrarnos de las bellezas con las que cuenta Baja California, los organizadores nos llevaron el viernes a visitar uno de los viñedos más antiguos de Latinoamérica: Bodegas Santo Tomás.

Salimos muy temprano de Tijuana y el recorrido lo hicimos por la carretera panorámica que es una hermosura porque vas siguiendo la línea del mar. Me llamó mucho la atención como hay muchos complejos que están en renta o que se quedaron a la mitad por la crisis financiera. Otra cosa que me impresionó fue escuchar que hay un plan para construir un centro de convenciones MAGNO frente al mar y que estaría listo para 2011. Llegando a Santo Tomás la vista es hermosa. Justo en este momento siguen aún en la cosecha de la uva, así que los campos siguen verdes y con racimos de uvas colgando.


Ahí ya nos esperaban con todo listo para escuchar el panel: "Cómo no freir ni quemar a los futuros egresados de Gastronomía y Educación Turística". Fue muy interesante escuchar cuales han sido los problemas que ha enfrentado la carrera de Gastronomía en México y la necesidad de profesionalizar esta actividad a nivel nacional.


Aprendí que nadie estudia para CHEF, porque ser chef es un puesto dentro de la organización. Así como nadie estudia para gerente, si no que con tu experiencia y conocimientos, puedes lograr llegar a ocupar ese puesto. Y como eso, muchas cosas más que me parecieron facinantes del mundo, tanto académico, como de la gastronomía.


Después del panel nos llevaron en carretas jaladas por tractores, a dar un recorrido por los viñedos. Nos platicaban las características principales de cada tipo de uva y nos enseñaron a catar el vino.


Fue lindo ver como involucraron a los estudiantes de la carrera en Enología y Gastronomía de la UABC, en todo el recorrido y más tarde en la elaboración del banquete que nos dieron.


Probamos dos tintos (tempranillo y cavernet sauvigon) y uno blanco (french de colombard). A mi me gustó más el blanco por ser suave y afrutado, aunque los otros dos también tienen lo suyo.

Al terminar el recorrido nos llevaron a una cava donde nos pasaron un video de los 120 años de existencia de Bodegas Santo Tomás y luego terminamos con una dinámica en donde los 5 sentidos estuvieron involucrados para crear nuestro propio vino.


A cada participante nos pidieron que nos pusiéramos frente a un par de copas que ya tenía un poco de vino. Todos, en silencio y a media luz, escuchábamos a la guía quien nos platicaba que ambos vinos provenían de las mismas uvas, de la misma cosecha y que la única diferencia entre uno y otro era la barrica en la que las habían puesto a añejar.


Con sus palabras nos transportó a los bosques franceses de donde provienen cada una, imaginamos los árboles y las características especiales de cada uno de los troncos. Luego, tomamos la copa que correspondía a la barrica, disfrutamos el aroma, vimos el vino a contraluz y lo catamos; todo ello, acompañado con un color especial de luz y la melodía de un instrumento. Después, nos contó la historia de la otra barrica, del otro bosque, cambiaron la luz y el instrumento, aunque dejando la misma melodía y repetimos la cata. Era impresionante como cambiaba el sabor. Uno era muy seco y el otro más suave y todo por la madera en la que habían reposado.

En un tercer momento, volvimos a catar ambos vinos, con una mezcla del color de la luz y de los instrumentos para reconocer las características de cada uno e imaginar que era lo que le agregaríamos al que más nos gustó, del que menos nos gustó. Por último, en un cuarto momento, mezclamos
los vinos, cada uno según sus preferencias individuales, hasta lograr nuestro vino perfecto. Fue una gran experiencia y fue totalmente emotivo utilizar los cambios de luz, la música, los aromas, la textura y el gusto para degustar el vino.

Ya de regreso a Tijuana, pasamos a ver la puesta del sol a Ensenada. Mejor momento no nos pudo tocar. El cielo se pintó de rosa, morado y amarillo y el contraste con el mar y los barcos era espectacular.


La bandera de México, donada en los tiempos de Ernesto Zedillo, ondeaba en la plaza y con esto, se cerraba nuestro día de turistas en Baja California.


No cabe duda que el turismo es algo maravillos y que aún hay todo por hacer.

Espero que tengas un excelente inicio de semana y gracias por visitar mi blog.

Namasté,

Lau-raw =o)

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...